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DECLARACION DE SAN DIONISIO DEL MAR CONTRA MEGAPROYECTO EÓLICO. OAXACA, MÉXICO.

DECLARACION DE SAN DIONISIO DEL MAR

 Encuentro Nacional

La Nación Ikojts en Resistencia contra el Megaproyecto Eólico.

Las comunidades, pueblos originarios, cooperativas de pescadores, organizaciones sociales, colectivos de jóvenes, radios comunitarias y medios independientes, ambientalistas y defensores de derechos humanos, reunidos los días14 y 15 de Septiembre del 2012 en la comunidad Ikojts de San Dionisio del Mar, Oaxaca nos hemos encontrado para compartir la situación de nuestros pueblos frente a proyectos neoliberales y tomar acuerdos para impulsar acciones conjuntas. De principio  hemos expresado nuestro compromiso por el respeto a nuestras formas de vida comunitarias y por enfrentar todo tipo de proyecto que signifique despojo de los bienes naturales y culturales de nuestros pueblos.

Considerando

1. Que durante mas de 500 años los pueblos indígenas hemos emprendido una lucha por la reivindicación de nuestros derechos y hemos defendido con sangre el territorio heredado por nuestros abuelos y abuelas, convirtiéndonos en los guardianes de los mismos y herederos de la sabiduría de nuestra cultura.

2. Que las políticas del mal gobierno buscan convertir en mercancía nuestro patrimonio natural y  cultural, amenazando nuestra vida y supervivencia mediante proyectos de “desarrollo” impuestos como el Plan Puebla-Panamá y rebautizado como el Proyecto Mesoámerica, dentro del cual se encuentran las mineras, represas, supercarreteras, parques eólicos, plantaciones forestales y otros proyectos de despojo y muerte que sólo benefician a las empresas trasnacionales. Estas Políticas y proyectos de inversión global se han venido imponiendo violando nuestro derecho legitimo a la consulta previa, libre e informada, el cual es reconocido por instrumentos legales internacionales suscritos y no cumplidos por el gobierno mexicano.

3. Que poseemos una relación espiritual con nuestras tierras, territorios, mares y recursos naturales, formando una propiedad colectiva de nuestros pueblos y comunidades por lo tanto nuestro territorio no es una mercancía que se pueda vender, rentar o privatizar.

4. Que el respaldo y abierta complicidad de los gobiernos federal, estatales y municipales a través de las concesiones, permisos y autorizaciones agilizan el proceso de despojo y muerte,  y con ello se está dando prioridad a las grandes empresas y a la generación de ganancias a costa de la vida y el sufrimiento de pueblos enteros.

5. Que México atraviesa una profunda crisis social, política y económica provocada en buena medida por políticas devastadoras, las que han ocasionado una serie de graves violaciones a  los derechos humanos de los pueblos indios de nuestro país.

  Con base a lo anterior

Denunciamos:

La imposición del megaproyecto eólico San Dionisio a través de la compra de voluntades amenazas, agresiones, engaños  y corrupción ha generado un profundo conflicto interno en los pueblos ikojts; a raíz de la imposición de este proyecto se ha agudizado el divisionismo y las confrontaciones entre comunidades. El megaproyecto eólico  “San Dionisio” impulsado por consorcio Mareña Renovables formado por el fondo de infraestructura Macquarie México, Fondos nacionales para la infraestructura (FONADIN), PGGM, Fondo de Pensión Holandés, Mitsubishi. sólo ha traído enfrrentamientos entre nuestras gentes.

Este proyecto que significa despojo y destrucción de recursos naturales ha contado con la abierta complicidad del gobierno federal que encabeza Felipe Calderón, del gobierno estatal  de Gabino Cue y del desconocido presidente municipal Miguel López Castellanos así como del comisariado de bienes comunales, estos dos últimos manipulados por caciques priístas y financiados por las empresas extranjeras.

Al hostigamiento, amenazas y persecución judicial en contra de los defensores de la isla de San Dionisio del Mar se han sumado las agresiones directas y es público, que los caciquillos priistas con financiamiento de las trasnacionales están integrando un cuerpo de golpeadores para romper la resistencia al megaproyecto.

En la Isla de San Dionisio y en la Barra de Santa Teresa  (Tileme) se encuentran los lugares sagrados de nuestro pueblo los cuales serán destruidos y profanados; y cientos de hectáreas de manglar blanco, y rojo que serán devastadas de imponerse este megaproyecto.

Hasta ahora el megaproyecto eolo-eléctrico que se está imponiendo en el Istmo de Tehuantepec no ha generado beneficios a las comunidades, por el contrario si ha provocado contaminación de cuerpos de agua, destrucción de manglares, despojo y saqueo de los recursos naturales y pérdida de capacidad productiva. Ni siquiera las comunidades afectadas por los 14 parques eólicos se han beneficiado con tarifas preferenciales de consumo eléctrico . Esto nos lleva a preguntarnos a quien sirven esos megaproyectos y la respuesta es obvia a las grandes empresas trasnacionales como CEMEX, Wall Mart, Nestlé, Iberdrola, FEMSA-Coca Cola, Bimbo, Preneal, Vestas.

Por ello

Demandamos:

A los directivos del Banco Interamericano para  el “Desarrollo” BID y de las empresas inversionistas del Proyecto Eólico San Dionisio así como a los gobiernos federal y del estado de Oaxaca su cancelación inmediata.

Al Gobierno de Felipe Calderón cumplir los tratados y leyes internacionales y así respetar nuestro derecho a ser consultados sin presiones, en nuestra lengua y con respeto a nuestra costumbre

Al Gobierno de Oaxaca la cancelación inmediata de las acciones penales en contra de los opositores al megaproyecto; acciones penales por cierto iniciadas por los caciques priistas.

Hemos Acordado:

Realizar en los próximos días movilizaciones y acciones de denuncia y de presión en contra del BID y de las empresas trasnacionales por promover proyectos que significan despojo y la muerte para nuestros pueblos. Asimismo generaremos acciones de protesta en la Unión Europea en contra de los inversionistas holandeses por dañar el patrimonio territorial y cultural de la Nación Ikojts.

Exigir a los gobiernos federal y estatal el reconocimiento irrestricto al derecho a la consulta previa, libre e informada de los pueblos originarios.

Movilizarnos para exigir al gobierno estatal el alto al hostigamiento y al ambiente de violencia que los caciques priistas y empresas eólicas han emprendido en contra de los pueblos ikojts de San Dionisio del Mar y San Mateo del Mar.

Impulsar el respeto del ejercicio de la autonomía desde nuestras comunidades así como defensa de nuestros territorios, articulándonos con las organizaciones sociales, jóvenes y pueblos en resistencia del Istmo de Tehuantepec, de Oaxaca y del país.

Llamamos a las organizaciones sociales, a los jóvenes y a los pueblos de este país que ante la nueva invasión europea coordinemos nuestras acciones  en la defensa de nuestros territorios amenazados por  proyectos mineros, carreteros, presas, represas y eólicos. No a la Imposición, No al Despojo.

Hacemos un llamado a la II Convención Nacional Contra la Imposición para que retome nuestra demandas en defensa de los derechos y territorio de la Nación Ikojts y asuma como propias las acciones que emprenderemos; desde ahora expresamos nuestra adhesión a la misma.

 ¡No al Megaproyecto eólico que afecta a los pueblos Ikojts!

¡Fuera las trasnacionales de México  y del Istmo de Tehuantepec!

¡ Alto a la represión de los movimientos sociales!

¡Alto de los abusos de la CFE!

Asamblea General de Comuneros de San

Dionisio del Mar, Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la

Tierra y el Territorio, Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los

Pueblos (AMAP), Frente de Pueblos Indígenas del Bajo Mixe-Choapam-Oaxaca,

Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota; Grupo

Solidario La Venta, Cooperativa Santa Rosa de San Francisco del Mar, Radio Las

Voces de los Pueblos 102.1 FM, Radio Huave. San Francisco del Mar 94.1 FM,

Radio Tekuani, Movimiento Agrario Indígena Zapatista-Veracruz (MAIZ-Veracruz),

Red Nacional de Resistencia Civil contra las Altas Tarifas de Energía Eléctrica,

Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC), Unión de Comunidades

Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI), Lunas del Sur AC, Frente en

Defensa de la Tierra y el Agua de Tlaxcala, Puebla y Morelos, Movimiento

Agrario Indígena Zapatista-Oaxaca, Red Nacional de Resistencia Civil contra las

Altas Tarifas Eléctricas, Comunidades Campesinas y Urbanas Solidarias con

Alternativas (COMCAUSA), Movimiento por una Nueva Sociedad Democrática, Revista

La Rebelión de Tehuantepec, Unión Campesina Emiliano Zapata Vive(UCEZ-VIVE),

Instituto Superior Intercultural Ayuuk, Organización Campesina Indígena de

Oaxaca-CNPA; comunidades y organizaciones locales de San Mateo del Mar, Xadani,

Barrio Nuevo, Coordinadora de Colonias Unidas de Salina Cruz; Unión Hidalgo, Álvaro

Obregón, Huamúchil, estudiantes de la UNAM, UMAR, UABJO, jóvenes del Movimiento

#YOSOY132 de Tehuantepec, Ixtepec, Salina Cruz, Matías Romero y Juchitán,

Congreso Nacional Indígena; Radio Totopo de Juchitán, La Otra Radio de Unión

Hidalgo y otras más.

The ‘wind rush’: Green energy blows trouble into Mexico.

SAN MATEO DEL MAR, MEXICO

The Isthmus of Tehuantapec, Mexico‘s narrowest point, is a powerful wind tunnel of air currents whipping through the mountains that separate the Pacific and Atlantic oceans.

Here, on the Pacific side, the wind shapes everything from the miles-long sandspits of Laguna Superior to the landscapes of the indigenous people’s hearts.

Howling constantly through thatched roofs, the wind is powerful enough at times to support a grown man leaning back as if in a chair. Gales average 19 miles per hour, slapping waves over the bows of fishing skiffs and sandblasting anyone standing on the beach.

The wind is “sacred” in this village, says indigenous Huave fisherman Donaciano Victoria. “We believe that the wind from the north is like a man and the wind from the south is like a woman. And so you must not disrespect the wind.”

North, in the town of La Venta, one woman says that when she leaves the isthmus, she’s struck by how still the rest of the world is.

Others have noticed, too: There are few places like this on earth.

This isolated region of the state of Oaxaca is one of the world’s most continuously windy spots. And because wind is a valuable commodity in a world seeking alternative energy, a “wind rush” – reminiscent of the gold and oil rushes of other eras – has swept into the isthmus.

Wind energy companies have swarmed to the area with big plans for wind farms to power the likes of Coca-Cola plants and Wal-Marts and a push to acquire huge tracts of land to do so. The “rush” for land farmed by locals since ancient times has divided the impoverished indigenous population over money, land rights, and changing values. Villagers’ distrust of outsiders has led to increasing unrest throughout the Pacific edge of the isthmus for several years. Most recently, around the Laguna Superior, it has included a paralyzing blockade of one village by another and, in October, a deadly shooting at a demonstration.

“Oaxaca is the center of communal landownership. There is probably no worse place to make a land deal in Mexico,” says Ben Cokelet, founder of the Project on Organizing, Development, Education, and Research.

And yet, with such an overwhelming wind resource, it was bound to attract development. The rush for Tehuantapec’s wind energy is a green-tinged twist in the age-old story of resource extraction: The quest for “clean” energy isn’t always so clean.

Farmers shocked at size of turbines

Mexico’s potential wind energy capacity is enormous: 71 gigawatts, which is 40 percent more than the nation’s entire installed electricity-generating capacity, including coal, gas, and hydropower. That potential was behind Mexican President Felipe Calderón‘s promise at the 2010 United Nations Climate Change Convention in Cancún to double solar and wind energy production from 3.3 percent of the nation’s energy production to 7.6 percent in just two years (a goal Mex­ico is on track to hit later this year).

And,” Mr. Calderón noted then, “the Isthmus of Tehuantapec is the area of greatest wind energy potential in the world.”

Wind developers have known this since the mid-1990s, when they first targeted land here for wind farms. Today, the region’s wind production is about 2,500 megawatts (enough to power, given the nearly constant wind, about 870,000 US homes).

The first town to see turbines was La Venta (pop. 2,000), north of Laguna Superior. Today, rows of turbines surround the town. The howl of the wind is now punctuated with the rhythmic sound of windmills.

“Whenever I am working there is this never-ending sound – thrum, thrum, thrum,” says Alejo Giron Carraso, a La Venta farmer who works in the shadow of monstrous turbines.

For those without land, the development has been a boon.

“It’s helped us a lot. Our parents are old and we didn’t have much. For a lot of the people in this community it’s meant a lot of work,” says a woman identifying herself as part of the Betanzos family that runs a small La Venta restaurant.

For those with land, who have depended on farming, the economics are more complex: Most of the land here is communal – analogous to native American reservations – held by Zapotecs, the dominant indigenous group in southern Mexico. Decisions to lease land to developers are made by local leaders, but the prices paid for individual land parcels are a patchwork of values that have led many farmers to feel cheated where turbines are already up and running.

Many locals who have given up land are illiterate and not savvy about the process. They recall meetings with developers in which model windmills the size of dinner platters were shown, leading them to believe they could continue farming around them. But they were shocked to see 15-to-20-story turbines rise across acres of their land.

Some claim their land was permanently damaged by construction or that they are no longer allowed on it. Others say they were pressured to sell land rights for a fraction of their worth and that community leaders got better deals for their land.

“The first guy or two that bites gets [$8] per square meter. That’s a hundred times better contract than the other people,” says Mr. Cokelet. “But the 98 percent of farmers who sign afterwards sign on for rock-bottom prices. Those one or two people who bite – they don’t bite because they’re lucky. They bite because they know someone. And their job … is to sell it to all their neighbors.”

While wind developers involved in the La Venta wind farms declined comment on specific contracts, other wind developers in the region admitted in Monitor interviews that the only way to acquire land in this communal setting is to deal with community leaders who may enjoy more benefit from signing first. Indeed, some were flown by the developers to Spain to see working wind farms.

The isthmus has a difficult history with outside investors. In the late 1800s the United States eyed it as a potential passage to Asia, and later as an alternative to the Panama Canal. In the 1990s, community groups fought off a Japanese attempt to build a shrimp farm in the shallow lagoon. More recently the state-run oil company Pemex has crisscrossed the region with pipelines that have leaked.

So the region’s notoriously prickly view of outsiders has made the isthmus a difficult place to develop.

“People kept telling me, ‘You know we’ve been experiencing globalization for a really long time,’ ” says Wendy Call, who has written about the isthmus and notes that the Aztecs invaded first. “But I think there is a sense of fatigue, [that] ‘all the other times this has happened it hasn’t gone well for us.’ ” [Editor’s note: The original version misquoted Ms. Call as saying the Aztecs were invaded first.]

Most of Tehuantapec’s communal land cannot be sold, so companies lease. A standard contract lasts 30 years, with automatic renewal.

Wind farm developers in La Venta pay a third to a sixth of what energy developers do in, for example, southeast Wyoming (the only comparably windy place in North America).

But comparisons are deceptive. Wind farms pay – either as profit sharing or flat fee – based on how the land is used: for turbines, roads, or power lines. In Wyoming, a landowner may lease hundreds or thousands of acres to a developer for tens or even hundreds of thousands of dollars. In the isthmus, most farmers control only two to 20 acres: If a turbine doesn’t land on one’s plot, payout may be as little as $300 to $400 per year.

Profit sharing in developed countries falls close to 5 percent. But in Oaxaca the market rate was determined to be 1 percent, says Jorge Me­gías Carrión, director general of Pre­neal, a Spanish company developing a wind farm here. “So we negotiated with the people, and we saw that we could enlarge that amount of money.”

Preneal now pays landowners 1.4 percent of electricity profits. Acciona, another Spanish wind company working here, pays the equivalent of as little as 0.5 percent, according to landowners who signed contracts.

In Wyoming, landowners maintain access to their land, but here locals can lose the ability to work their small plots – either by being denied access or because turbine construction destroyed irrigation channels.

Anti-wind power graffiti now mars the walls of La Venta, and even some people who got a fair deal say their children are deserting the region because there is no future on the land.

Wind farm advocates say benefits go beyond just direct payments; wind farms bring much-needed jobs. Certainly wind farms demand a great deal of labor to build, but once running they are maintained by a few dozen highly skilled people, generally from the outside. However, many jobs are created to service those workers.

Still, in recent months people have started taking to the street to express dissatisfaction with La Venta’s wind deals. In October, unrest turned deadly: A group of wind turbine contractors coming home from a project ran into anti-wind power protesters blocking a highway. Arguments led to scuffles, and one contractor was shot dead, say witnesses and relatives of the victim.

Wind companies say that a majority of locals support wind farms and suggest that unrest arises from old rivalries and misinformation.

But one Oaxaca State official disagrees, blaming foul public sentiment on previous administrations being too eager to encourage outside investment. “They didn’t have experience in renewable energy. They didn’t have experience in wind power. Of course they would have many errors,” says Alejandro E. Velasco Hernandez, director of Renewable Energy for the state of Oaxaca, whose National Action Party won state control in 2010 from the Institutional Revolutionary Party, which had held it for 80 years.

“But,” he adds, “now we have many opportunities to improve.”

South from La Venta the shores of Laguna Superior are dotted with fishing villages of the Huave people. Here since ancient times, they’ve dwindled to a population of less than 20,000. The lifestyle in this area is markedly different from that of the north: Pavement gives way to dirt roads; thatched buildings are common, with high walls to counter the wind; women wear traditional clothing; and illiteracy is high.

And here, where the wind is embraced personally as a spiritual force, there is a distinct unfriendliness toward outsiders. Local belief says the “male” wind shaped the land while the “female” wind brings shrimp – the main livelihood.

In 2004, Preneal proposed a 300-megawatt wind farm on 4,000 acres in the town of San Dionisio. The company had previously approached the Mexican government to set up offshore turbines in the lagoon, but the government demanded 7 percent of the energy profits. So Preneal approached the town – which is composed of two villages, Pueblo Nuevo (New Town) on the mainland and the smaller Pueblo Viejo (Old Town) on an “island” attached to land by a thin sandspit. Pueblo Viejo is perfect for turbines, offering offshore conditions in constant wind without having to build in water.

Preneal offered the town 1.4 percent of profits, plus $500,000 per year for the right to use Pueblo Viejo land, says Mr. Megías.

The company played informational videos and assured the Huave governing assembly that turbines are harmless, recall local leaders. But when the town appeared ready to vote it down, says one Pueblo Nuevo community member close to the negotiation who asked not to be named, Preneal warned that the crucial shrimping industry might be hurt if the company was forced back to plans to build in the lagoon. Preneal’s Megías denies that was intended as a threat.

The town assembly then unanimously voted to allow a wind farm on town land. Money began flowing to the assembly, but none reached the people who will host the turbines, says Teodulo Gallegos Pablo, a fisherman and Pueblo Viejo village authority who votes in the town assembly. “There have been no payments [to the isolated community].”

Megías says Preneal paid the assembly but is not responsible for distribution of the money.

Mexican law requires “free and informed” consent for the land. But Mr. Gallegos contends that the people of Pueblo Viejo still don’t know what they agreed to. Preneal promised that the turbines would only go on an isolated sandspit alongside fishing grounds – yet the contract clearly covers the whole island, and locals report that the company has taken soil samples in their fishing grounds.

“At first the people did agree,” Gallegos says of his constituents. But not long after the contract was signed “some lawyers explained it to us and that’s when the [Viejo] people stood up and said ‘no.’ “

The project is moving forward.

“The playing field is often very unequal,” observes James Anaya, UN Special Rapporteur on the Rights of Indigenous Peoples.

He likens land acquisitions in indigenous areas to colonial-era models of land grabs.

Looking at the Preneal deal in Pueblo Nuevo and Pueblo Viejo, he observes: “No Spanish or any other company would go to the bargaining table on a technical issue without their [own] technicians. And [yet] they expect indigenous people to.”

Village vs. village

In other cases, the wind farms have exacerbated old rivalries.

Perhaps the most divisive and complex fallout from the wind farms is in Santa Maria and San Mateo del Mar – two Huave towns sharing a Manhattan-size peninsula.

For generations, the towns have feuded over a strip of land that Santa Maria owns but that the more traditional San Mateo con-siders sacred.

The village of San Mateo del Mar is renowned among archaeologists for the purest existing form of Huave culture: Women still weave and wear bright huipil (blouses), and men fish from land with nets connected to kites. Roman Catholic priests are expected to partner with the shamans, who worship natural forces, such as the wind.

When Santa Maria sold the rights to the contested land to build devices that harness wind, San Mateo snapped. Following a series of violent confrontations, San Mateo blockaded the only road to the mainland.

“They said they were going to starve us to death,” says one Santa Maria farmer. It’s not starving, but Santa Maria has certainly withered because getting in and out of the town now is only possible via a fearsome skiff-trip across heavy swells. To visit San Mateo, five miles away, Santa Marians must travel 70 miles by boat, taxi, and bus around the lagoon.

The Santa Maria village council says it needs wind turbines now more than ever. “The situation here is destitute,” says Tarcio Jimenez José, a village leader. “There’s nothing here…. The need forces us.”

When asked about the local schism, Megías at Preneal blames it on the “violent leaders” in San Mateo. He said he was not aware of any religious role of wind, though his company published a book celebrating Huave culture and history.

Beatriz Gutierrez Luis, a San Mateo teacher and activist, says: “I understand this is supposed to be a form of clean energy. [But] if they gave us all the money in the world, we’d say ‘no.’ Our children and our grandchildren will depend on the fish, the shrimp, the love of the land, respect for nature, and all of our cosmology we have as an indigenous community.”

Even so, the wind farm construction in Santa Maria is slated to go ahead, with turbines delivered by boat. Preneal will not do the work: It sold, for $89 million, the rights to the land in San Dionisio and Santa Maria to an Australian investment company and Coca-Cola bottling franchise. The partnership says the disputed land won’t be developed.

Locals want control

Mexican wind energy capacity has grown fourfold in the past two years, to 500 megawatts. It has helped push Mexico’s total renewable energy production to 26 percent of total electric output.

Most renewable energy here is provided by foreign companies. But a few locals are now trying to get into the game. Vincente Vasquez Garcia represents Ixtapec, a community just east of La Venta, which is attempting to create, manage, and profit from its own wind energy in partnership with a wind company.

“We cannot pass up this opportunity for our community,” says Mr. Vasquez, who settled as an adult in Ixtapec and has energy sector experience. “But … [w]e want a different kind of wind development.”

The idea, he says, is for the wind farm to fund benefits such as better schools. Such models are emerging elsewhere, but without access to expertise, this is nearly impossible for largely illiterate communities.

Regardless of who builds them, wind farms are now a permanent fixture on the isthmus skyline.

“Before, no one knew who we were,” says the La Venta restaurant worker. “Now, when I say, ‘I’m from Oaxaca – you know, where the windmills are,’ they know where I am from.”

http://www.csmonitor.com

México: CONGRESO NACIONAL INDÍGENA: Comunicado urgente.

CONGRESO NACIONAL
INDIGENA

(Comunicado urgente, 4 /XI / 2011)

Al Pueblo de México.

A los Pueblos, naciones, tribus, barrios, comunidades, colectivos y
organizaciones indígenas honestas.

A los medios de comunicación.

A la sociedad civil nacional e internacional.

A La Otra Campaña.

A la Comisión Sezta Nacional e Internacional.

Las autoridades, delegados, comisarios, consejeros, principales, delegados y representantes de pueblos, naciones, tribus, comunidades, barrios, organizaciones y colectivos indígenas honestos participantes en el Congreso Nacional Indígena, Adherentes a la VI Declaración de la Selva Lacandona,  manifestamos nuestra solidaridad con las hermanas y hermanos de los pueblos  Ikoot, Binnizá y Afrodescendientes,  integrantes de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT), que hoy son víctimas de las peores formas de criminalización de su lucha por parte de los malos gobiernos de Felipe Calderón y Gabino Cue, quienes con su mutismo, complacencia, racismo  condescendencia y malinchismo se muestran cómplices de las empresas transnacionales españolas en la violación directa  de derechos de pueblos y comunidades indígenas del Istmo de Tehuantepec, en el marco de la imposición del denominado megaproyecto Corredor Eólico del Istmo.

En Oaxaca, la criminalización y represión de los movimientos sociales ha venido siendo una constante en los gobiernos de José Murat, Ulises Ruíz y Gabino Cué, permitiendo, propiciando  y solapando la existencia y acción de grupos paramilitares prácticamente en todas las regiones del estado, así lo demuestran los casos de San Juan Copala, San Isidro Aloapan, Yosotatu, Tanetze, Xochiapan, Tuxtepec, Unión Hidalgo, Juchitán y la propia Lu’lá’, ciudad de Oaxaca; en estas localidades la acción de grupos armados y pistoleros al servicio de las empresas transnacionales y cacicazgos coludidos con el gobierno del estado en turno han cobrado vidas de un sinnúmero de activistas y luchadores sociales, en su mayoría indígenas. Con toda esta cauda de impunidad a cuestas, resulta aberrante e inexplicable que la ONU haya  entregado recientemente  reconocimientos por la observancia de Derechos Humanos al gobierno del estado de Oaxaca.

Manifestamos
nuestro  repudio a la violenta represión promovida y ejercida  en  contra de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT), por parte de la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (DEMEX, filial de la española Renovalia Energy), quienes  los pasados 18 y 28  de octubre, acompañados de policías federales y ministeriales agredieron físicamente a compañeras y compañeros de la APIITDTT en los terrenos comunales de Unión Hidalgo y Juchitán, resultando lesionados de dichas acciones represivas, así como el asesinato del C. Reynaldo Ordaz Velázquez, empleado de la empresa DEMEX, originario de la comunidad de La Venta, Agencia Municipal de Juchitán, Oaxaca. Pedimos la investigación de estos hechos descartando la responsabilidad de Rodrigo Flores Peñaloza, en tanto no se encontraba en el lugar de los hechos y puesto que los únicos armados fueron los paramilitares y esquiroles pagados por DEMEX y los policías municipales de La Venta, Oaxaca.

Exigimos
la cancelación inmediata del megaproyecto Corredor Eólico del Istmo, particularmente en los casos de los parajes de Unión Hidalgo (Piedra Larga, Las Palmas, El Llano y Zapotal), así como en el caso del Parque Eólico San Dionisio, que se pretende imponer por la española PRENEAL en la Isla de Pueblo Viejo, ya que en estos dos últimos casos se ha incurrido y se incurre en   la permanente violación de nuestros derechos como pueblos y comunidades indígenas, reconocidos en los Acuerdos de San Andrés, que para nosotros es la máxima Ley de nuestros derechos en México, así como  en el Convenio 169 de la OIT, en la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU y en la propia Ley de Derechos Indígenas del Estado de Oaxaca.   Las supuestas bondades de la generación de energía limpia, también resultan una falacia pues se han afectado extensiones de montaña baja y manglar en las distintas áreas de la planicie, redundando en pérdidas de acuíferos, soberanía alimentaria y especies en peligro de extinción tanto de aves como de otras especies.

De la misma manera, responsabilizamos directamente a los malosgobiernos, tanto de la federación como del estado de Oaxaca, así como a losgolpeadores y paramilitares contratados por la empresa DEMEX, ante el mutismo y la condescendencia de las autoridades municipales, estatales y federales, por las agresiones y afectaciones físicas y morales que hasta ahora se han dado desde el mes de junio y los pasados 18 y 28 de octubre, así como de las nuevas agresiones  que puedan ser víctimas cualesquier integrante de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT), en particular exigimos el cese el hostigamiento jurídico, se cancelen las averiguaciones previas y posibles y vigentes  órdenes de aprehensión en contra de las compañeras Maribel González Pedro, Guadalupe Castellanos Ramírez, Lucila Bettina Cruz Velázquez, así como de los compañeros Rodrigo Flores Peñaloza y Juan Regalado Martínez.

Los pueblos y comunidades indígenas en lucha y resistencia por la defensa de nuestras tierras y territorios ¡NO SOMOS DELINCUENTES NI NARCOTRAFICANTES¡, por lo que exigimos se suspendan los patrullajes del ejército y la marina de las comunidades de Xadani, Juchitán, Unión Hidalgo y San Dionisio del Mar, así como de la mayoría de las comunidades y ciudades del istmo de Tehuantepec; al igual que en los casos de Michoacán, Guerrero y Oaxaca, demandamos que regresen los militares y marinos a sus cuarteles; no toleraremos más la presencia de la Marina en nuestros territorios y  nuestras casas amedrentando e intimidando a nuestras familias, esposos, esposas, madres, padres e hijos y responsabilizamos directamente a Felipe Calderón de estas acciones anticonstitucionales y de las consecuencias que de ellas se puedan derivar.

Anticipamos que la actual campaña represiva de los malos gobiernos de Felipe Calderón y Gabino Cue, para lo cual recurren al uso de fuerzas militares, marina, paramilitares, policía municipal y esquiroles de la CTM, en contra de nuestros pueblos y comunidades, para despojarnos de nuestras tierras y territorios,  no nos amedrentan ni intimidan en nuestra decisión de reunirnos los pueblos indígenas de México afectados por las empresas transnacionales, para dialogar  y reflexionar sobre posibles soluciones a esta problemática  en nuestro próximo Taller Nacional a realizarse en territorio del pueblo Ikoot, Istmo de Tehuantepec, los próximos 26 y 27 de noviembre; hacemos extensiva la invitación a los adherentes de La Otra Campaña y a las organizaciones civiles defensoras de Derechos Humanos, para observar y  garantizar un buen resultado de este próximo encuentro.

Exhortamos a la sociedad civil oaxaqueña, a los pueblos, naciones, tribus, comunidades, barrios, organizaciones, colectivos y personas honestas indígenas, que representan a la población mayoritaria del estado de Oaxaca, así como a la Sección XXII del SNTE, a promover el diálogo y la organización  desde abajo a fin de evitar el despojo que los malos gobiernos y las empresas transnacionales quieren realizar de las tierras, territorios y recursos de nuestros pueblos.

¡LA TIERRA, LA
MONTAÑA, LOS BOSQUES, LAS PLAYAS,  EL
AGUA Y EL AIRE NO SE VENDEN, SE AMAN Y SE DEFIENDEN¡

¡¡NUNCA MAS UN
MEXICO SIN NOSOTROS¡¡

Por el Congreso Nacional Indígena:

Pueblo Wixárika: Autoridades agrarias y comunitarias de Bancos de San Hipólito, Santa
Catarina Tuapurie y San Andrés Cohamiata, San Sebastián Teponahuastlán
(Jalisco, Zacatecas y Durango); Consejo Regional Wixárika en defensa de
Wirikuta.

 

Tribu Yaqui: Autoridades y gobernadores tradicionales de los ocho pueblos de la
Tribu Yaqui, Sonora, en Resistencia contra el Acueducto ‘Independencia’.

Pueblo Purhépecha: Comunidad Indígena Purhepecha de Cherán;

 Autoridades comunitarias de
Nurío, Michoacán.

 

Pueblo Ikoot: Autoridades Municipales y agrarias de San Mateo del Mar;

Asamblea de Comuneros de Xacambaj, Pueblo Viejo, San Dionisio del Mar,
Oaxaca.

 

Pueblo Nahua: Concejo de Autoridades comunales Autónomas de Ostula, Coire y
Pomaro, de la costa de Michoacán.

Comunidad Indígena de Tuxpan, Jalisco.

Comisariado del Ejido Indígena de Ayotitlán, Mpio. De Cuautitlán, Jalisco.

Consejo de Mayores, Autoridades tradicionales de Ayotitlán, Sierra de
Manantlán, Jalisco.

Comuneros de Milpa Alta, D.F.
en resistencia contra el Arco Sur.

Colectivo Ce-Acatl, D.F.

Pueblo Ñhomdäh: Comunidad de Xochistlahuaca y Radio Comunitaria ‘La palabra del
agua’, Guerrero.

Pueblo Ñhañhu: Comuneros y colectivo cultural y Radio Comunitaria  de San Pedro Atlapulco, Estado de México.

Pueblo Me’pha: Consejo Regional de Autoridades Comunitarias/Policía Comunitaria de
Tlapa, Paraje Montero  y San Luis
Acatlán, Guerrero.

Pueblo Coca: Comunidad Indígena de Mezcala Jalisco.

 Pueblo Ñhu Sabi y Binnizá:
 ConsejoIndígena Popular de Oaxaca- Ricardo Flores Magón (CIPO-RFM), Oaxaca, Colectivo

el Cortamortaja y Radio Arco Iris, Jalapa del Marqués, Oaxaca.

Pueblo Tsotsil y Tseltal:

Plantón defamiliares de presos políticos en Huelga de Hambre por su Libertad, Plaza de laPaz, Catedral de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Acompañantes:

Asociación Jalisciense de Apoyo
a Grupos Indígenas (AJAGI, A.C.)

Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas (UACI), Universidad de
Guadalajara.

Asesoría Agraria, A.C.


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