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La ciencia y la realidad vs. el maíz transgénico en México.

En 2009 entregamos al presidente Felipe Calderón un extrañamiento aludiendo a su responsabilidad histórica de prevenir el daño irreversible a uno de los más valiosos recursos naturales del mundo, la diversidad del maíz mexicano, que implicaría liberar líneas transgénicas en su centro de origen: México. Sin embargo, su administración hizo caso omiso de las evidencias y recomendaciones científicas que exigen adoptar una postura precautoria, prohibiendo la liberación de variedades transgénicas en sus centros de origen, como se procede en otras partes del mundo.

En contraste, dio pasos con el fin de apresurar la introducción de maíz genéticamente modificado en el campo mexicano a escala comercial, y estamos convencidos, con base en el conocimiento que tenemos disponible, de que esta decisión representa un riesgo desproporcionado e innecesario con consecuencias irreversibles e impredecibles, que deben evitarse a toda costa por el bien de México y del mundo. Asumir ese riesgo no puede ser justificado por el déficit actual de maíz, ya que hay evidencias de que el campo y las instituciones científicas de nuestro país cuentan con los recursos necesarios para lograr la autosuficiencia en su producción con tecnología pública no transgénica.

El actual gobierno sigue aceptando solicitudes, ha hecho públicas declaraciones contradictorias, y por medio de su secretario de Medio Ambiente, ha prometido que se tomará la decisión en torno a la liberación del maíz transgénico a escala comercial con base en criterios científicos.

Durante los últimos cuatro años, un grupo amplio de científicos de todo el mundo hemos integrado un reporte bien sustentado en publicaciones y datos que demuestran, de manera clara y contundente, que la liberación de cultivos transgénicos en sus centros de origen –en particular del maíz en México– implica riesgos y peligros inadmisibles. El reporte ha sido suscrito por las tres redes de científicos preocupados por los impactos sociales y ambientales de la ciencia y la tecnología más importantes del mundo, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, de México (UCCS); la European Network of Scientists for Social and Environmental Responsability, y la International Network of Engineers and Scientists for Global Responsability, y por científicos a título personal que son expertos en el área dentro de otras redes.

Este reporte se entregó públicamente al gobierno en diciembre pasado. Como conclusión de este análisis se rechaza la siembra de maíz transgénico en campo abierto en México. Esta postura y los argumentos científicos que la respaldan han sido, además, suscritos por más de 3 mil científicos y académicos de todo el mundo, incluyendo a colegas reconocidos con los máximos galardones internacionales. Este llamado a la acción seguirá circulando en nuestra comunidad y en el mundo, en busca de mayor apoyo desde la página de la UCCS:unionccs.net.

La evidencia científica es contundente y suficiente para exigir una política precautoria y una prohibición a la liberación comercial de líneas transgénicas de maíz en México. Este reporte resume los riesgos y peligros ambientales, de salud, en términos de soberanía y seguridad alimentaria, de integridad de la base de diversidad genética más importante del mundo para el maíz, para los productores mexicanos, así como las insuficiencias tecnológicas de los transgénicos y las promesas no cumplidas de estos cultivos a más de 15 años de su comercialización en algunos países. También apunta a otras alternativas de desarrollos fundadas en una ciencia contemporánea y comprometida con la sustentabilidad ambiental y el bienestar social, que sí podrían resolver los problemas del agro mexicano.

Además se plantean algunas preguntas urgentes de abordar: 1) ¿cuál es el efecto a largo plazo en la salud humana y animal de sustituir el consumo de maíz nativo diverso por el consumo de alimentos derivados de dos híbridos homogéneos de transgénicos en un país donde más de la mitad de la ingesta energética y más de un tercio de la ingesta proteínica provienen del consumo directo del maíz en muy variadas formas y procesos?; 2) ¿cuál es el impacto que tendrá la incorporación de maíz transgénico en el nativo, que es la base de la comida tradicional mexicana, recientemente declarada por la Unesco patrimonio cultural inmaterial de la humanidad; 3) ¿cuáles son los problemas socioeconómicos asociados a los derechos de propiedad intelectual, así como con el pedigree o linaje de los maíces que se están usando para desarrollar las variedades transgénicas que se pretende liberar en México? Nos preguntamos, por ejemplo, si algunos de los híbridos genéticamente modificados provienen de maíces nativos mexicanos, que se generaron y reprodujeron de manera comunal, ¿una vez convertidos en trasgénicos, pasan a ser propiedad privada de las empresas que los registran a su nombre o que las patentan? Nos resulta sumamente preocupante que esta información no esté disponible de manera transparente.

Igualmente nos preguntamos y preocupamos por las implicaciones legales que tendrá el avance de la contaminación de las razas nativas sobre: a) la vida de los millones de campesinos mexicanos que hacen y viven de la milpa en donde se originó, diversificó y se reproduce el maíz; b) las prácticas ancestrales de manejo de los recursos fitogenéticos, y c) la soberanía alimentaria y tecnológica del cultivo más importante para los mexicanos, corazón de nuestras culturas, alimento básico y el cereal más producido y usado en el mundo?

Unidos por el compromiso ético de preservar este recurso para la humanidad, exigimos que el Ejecutivo, en coordinación con los otros poderes de la Unión, tome medidas contundentes para garantizar que ningún tipo de maíz transgénico se siembre en México, el centro de origen y diversidad de este importante alimento. También los convocamos a debatir públicamente sobre la evidencia científica que sustenta el cuestionamiento generalizado de los cultivos transgénicos en amplios sectores de la comunidad científica mundial, y de la población de Estados Unidos y Europa.

* Genøk, Noruega. ** Instituto de Ecología, UNAM; profesora invitada del Instituto Miller de la Universidad de California en Berkeley. Ambos son miembros de la UCCS.

http://www.jornada.unam.mx/2013/02/07/opinion/024a1pol

MASACRE DEL MAIZ EN MÉXICO.

Transnacionales preparan asalto a uno de los cultivos alimentarios más importantes del mundo

Los gigantes de los agronegocios Monsanto, DuPont y Dow, están conspirando para realizar uno de los mayores golpes de la historia contra un cultivo alimentario de importancia global. En las próximas dos semanas, el gobierno saliente de Felipe Calderón podría aprobar las solicitudes de esas empresas para plantar un área enorme de maíz transgénico en México. Este “regalo de despedida” para las empresas sería una puñalada en el corazón del centro de origen y diversidad del maíz. Las consecuencias serán graves –y globales. Ante la aprobación en ciernes, los movimientos y organizaciones de la sociedad civil exigen que se ponga un alto total al maíz transgénico en México. La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) de México, emitió una fuerte declaración demandando al gobierno revocar todos los permisos de siembra y cancelar todas las siembras experimentales de maíz transgénico en el país.[1]  El Grupo ETC se suma a estas demandas y llama a la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y al CDB (Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica), como los organismos mandatados por la comunidad internacional para apoyar la seguridad alimentaria y proteger la diversidad biológica, a tomar acción inmediata para evitar el desastre.

La indignación y el estado de emergencia recorre la sociedad mexicana luego de conocer que las dos empresas semilleras más grandes del mundo, Monsanto y DuPont –(cuya filial mexicana se conoce como Pioneer Hi-Bred o PHI México), así como Dow Agrosciences (8ª empresa semillera en el ranking global) solicitaron al gobierno plantar cerca de 2 millones 500 mil  hectáreas de maíz transgénico en México.[2]  El área solicitada es tan grande que rebasa la superficie de países enteros: por ejemplo es más grande que todo El Salvador. Los científicos han identificado miles de variedades campesinas originadas en México, lo que lo convierte en el repositorio global de la diversidad genética del maíz. Si se aprobaran estas solicitudes de las trasnacionales, sería la primera liberación masiva y a escala comercial de transgénicos que afectará directamente un cultivo alimentario global en su centro de origen.

“Si el gobierno de México permite este crimen de significado histórico, los transgénicos llegarán rápidamente a las tortillas y a la comida cotidiana de toda la población mexicana ya que el maíz de los estados solicitados provee mayoritariamente a las ciudades. Además, la contaminación genética de las variedades campesinas será inevitable. Se trata de un daño gravísimo a más de 7000 años de trabajo indígena y campesino que creó el maíz –uno de los tres cultivos más difundidos de la alimentación mundial” dijo Verónica Villa del Grupo ETC en México. “Por si fuera poco, las empresas quieren plantar el maíz tolerante a herbicidas de Monsanto [Mon603] en más de 1,400,000 hectáreas. Este es el mismo tipo de maíz que ha producido cáncer en ratas según un estudio científico revisado y publicado recientemente.”[3]

Los campesinos y población rural de América Latina, de Asia y África estarán entre los más afectados, ya que el maíz se ha convertido en una de las principales fuentes de subsistencia en muchos países, y la diversidad del grano es lo que permite adaptarlo a condiciones locales y enfrentar los desafíos del cambio climático. Además de México, los países surafricanos Lesotho, Zambia y Malawi tienen el porcentaje de consumo de maíz per cápita más alto del mundo.[4]

El gobierno mexicano insiste en que las áreas solicitadas en el Norte de México, no son parte del “centro de origen” del maíz, porque no han encontrado variedades campesinas allí. Pero esto no es verdad, se han recolectado variedades campesinas en esos estados, aunque en menor cantidad que en estados más al Sur. Varios científicos y hasta la propia Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) estima que todo el territorio mexicano debe ser considerado centro de origen del maíz.[5]    Según un informe nuevo del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), el mapa de centros de origen publicado recientemente por el gobierno no es científicamente  correcto y fue diseñado para justificar las plantaciones de maíz transgénico de las transnacionales.[6]

Las plantaciones a escala comercial (y las siguientes resiembras) de maíz transgénico contaminarán las variedades campesinas mucho más allá del área de plante, tanto a través del polen transgénico llevado por el viento e insectos, como por la mezcla en los silos y el escape accidental de los camiones de transporte a granel que llevan maíz a todas partes de México. Los científicos de la UCCS y otros señalan que los impactos negativos de la contaminación transgénica sobre las variedades campesinas “podrían ser irreversibles y progresivos, debido a la acumulación paulatina de transgenes en este germoplasma”, llevando a una erosión de la biodiversidad.[7]

Cientos de agrónomos y otros científicos mexicanos, así como organizaciones de campesinos, agricultores y consumidores, han expresado su oposición a la siembra de transgénicos, pero la administración de Felipe Calderón, que terminará este primero de diciembre, no tiene nada que perder en su recta final y se espera que acceda a las solicitudes de las empresas.

Si se autorizan las siembras, los agricultores del maíz podrían encontrarse “violando” las patentes sobre maíz transgénico sin saberlo, es decir, sus parcelas podrían contaminarse inadvertidamente y Monsanto podrá acusarlos de “usar genes patentados” sin pagar por ellos, obligándolos a compensar a los dueños de las patentes, como ya ha ocurrido en cientos de casos en Estados Unidos y Canadá.

“Sería una injusticia monumental para los creadores del maíz, —uno de los alimentos primordiales de la humanidad— que les obligaran a pagar regalías a corporaciones trasnacionales, que son explotadoras de ese conocimiento ancestral”, dijo Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo ETC.

En 1999, la Comisión Nacional de Bioseguridad Agrícola de México estableció una moratoria sobre las pruebas de maíz y su siembra comercial debido a la situación única de México como centro de origen y diversidad genética del maíz. El gobierno de Calderón rompió arbitrariamente la moratoria en 2009 aunque las condiciones que la motivaron prevalecen. Desde entonces la nueva comisión (CIBIOGEM) ha autorizado 177 pruebas de maíz transgénico a cuatro empresas trasnacionales (Dow Agrosciences, DuPont, Monsanto y Syngenta). Las pruebas en campo han sido criticadas por su falta de rigor en bioseguridad, pues ni siquiera cumplen con lo estipulado por la débil ley de bioseguridad de México.

Silvia Ribeiro argumenta: “Las consultas públicas han sido una farsa, puesto que las pruebas fueron autorizadas sin tomar en cuenta las críticas fundamentadas, incluso aunque representaran la mayoría de los comentarios enviados. Muchas de las críticas y comentarios las hicieron conocidos agrónomos y otros científicos. Como si no bastara, los resultados de las pruebas se han mantenido en secreto, pero se usan como justificación para permitir la siembra comercial.”

DESPUÉS de su visita oficial a México en 2011, el Relator Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, recomendó al gobierno mexicano reinstalar la moratoria, tanto por su impacto sobre la biodiversidad como sobre los Derechos de los Agricultores.[8]  El gobierno mexicano ignoró la recomendación.

Ana de Ita del CECCAM señala que el área para la cual se solicitaron permisos en los estados de Sinaloa y Tamaulipas, en el norte de México, excede la superficie actualmente sembrada con maíz de riego. “Al parecer las compañías están planeando usar toda el área destinada al maíz y a otros cultivos. Esto es ofensivo, no hay razón para que México arriesgue su historia y su biodiversidad con el maíz transgénico. México produce maíz suficiente para cubrir las necesidades de todo el consumo humano, con excedentes, y podría producir mucho más si hubiera apoyo a los campesinos y productores de pequeña escala, sin entregar su soberanía alimentaria a las compañías trasnacionales.”

El maíz es central a las culturas, las economías y el sustento de la población mexicana, pues la mayoría se alimenta de maíz en diferentes formas todos los días. La cantidad que los mexicanos ingieren excede con mucho el promedio de consumo individual de la mayoría de los demás países (en México, 115 kilos por persona por año). 85% de los productores mexicanos de maíz son campesinos y agricultores en pequeña escala, con parcelas menores a 5 hectáreas. Esos productores proveen más de la mitad de la alimentación de la población, especialmente la alimentación de los pobres. Al mismo tiempo, cuidan la diversidad genética del cultivo y la enriquecen debido a la forma descentralizada en la que siembran el maíz —cultivando muchas variedades diferentes, adaptándolas a las condiciones locales y junto con varios otros cultivos y especies silvestres.

En 2009, la Red en Defensa del Maíz,[9]   junto con La Vía Campesina América del Norte enviaron una carta abierta firmada por cientos de organizaciones e individuos a la FAO y al CDB, pidiéndoles que tomaran acciones para evitar la contaminación de maíz transgénico en México, su centro de origen.[10]   Los entonces directores de ambas organizaciones internacionales soslayaron la petición, aunque ambas instituciones tienen el mandato de proteger los centros de origen y diversidad de los cultivos. [11]   Ahora, exigimos a los nuevos directores de la FAO y del CDB a tomar acciones inmediatas para proteger el centro de origen y diversidad del maíz.

Por más información:

Silvia Ribeiro, Directora para América Latina del Grupo ETC, silvia@etcgroup.org
Verónica Villa, Grupo ETC México,  veronica@etcgroup.org
Tel: (+52) 55 63 2664
Ana de Ita, CECCAM,  anadeita@ceccam.org.mx <mailto:ceccam@ceccam.org.mx>
Tel: (+52) 56 61 53 98

Pat Mooney, Director del Grupo ETC, mooney@etcgroup.org

Tel: 1-613-241-2267
Red en Defensa del Maíz: http://redendefensadelmaiz.net/
Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano, ceccam: http://www.ceccam.org/

[1]  UCCS, Llamado a la acción contra la siembra de maíz transgénico a campo abierto en México  <http://www.uccs.mx/doc/g/planting-gmo-corn_es>
[2]   La lista de las solicitudes de experimentos y liberación al ambiente de cultivos transgénicos está aquí: http://www.senasica.gob.mx/?id=4443. (PHI México es parte de DuPont)
[3]  Gilles-Eric Séralini <http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691512005637>  et al., “Long term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant genetically modified maize,” en Food and Chemical Toxicology <http://www.sciencedirect.com/science/journal/02786915> , Volumen 50, Número 11 <http://www.sciencedirect.com/science/journal/02786915/50/11> , Noviembre 2012, pp. 4221–4231. Ver también John Vidal, “Study linking GM maize to cancer must be taken seriously by regulators,” The Guardian, 28 septiembre 2012, disponible en línea:http://www.guardian.co.uk/environment/2012/sep/28/study-gm-maize-cancer.

En castellano: Silvia Ribeiro, “Caza de Ratas”, La Jornada, México, 6/10/12, http://www.jornada.unam.mx/2012/10/06/opinion/024a1eco

[4]  Alfred W. Crosby, revisión de James C. McCann, Maize and Grace: Africa’s Encounter with a New World Crop, 1500-2000 en Technology and Culture, Vol. 47, No. 1, Enero 2006, pp. 190-191.

[5]  A. Serratos, El origen y la diversidad del maíz en el continente Americano, 2nd edición, Septiembre 2012, Universidad Autónoma de la Ciudad de México y Greenpeace, disponible en línea: http://www.greenpeace.org/mexico/es/Footer/Descargas/reports/Agricultura-sustentable-y-transgenicos/El-origen-y-la-diversidad-del-maiz-2a-edicion/
Conabio: Proyecto Centros de Origen y Diversidad Genética. http://www.biodiversidad.gob.mx/genes/centrosOrigen/centrosOrig.html
[6]  Ceccam, La determinación de los centros de origen y diversidad genética del maíz, Mexico, 2012, available online: http://www.ceccam.org/publicaciones?page=1
[7]  UCCS, Extrañamiento al Presidente de la República Mexicana, México, 2009, disponible en línea: http://www.unionccs.net/doc/g/sciencetrmaize_es
[8] Olivier de Schutter, Informe de su Misión a México, párrafos 53, 54 y 55. Ver párrafo “g” de las Conclusiones y Recomendaciones.
http://www.srfood.org/index.php/en/country-missions (Ver Mission to Mexico, 2011)
[9]  La Red en Defensa del Maíz incluye a más de 1000 comunidades indígenas y organizaciones de la sociedad civil. Se creó en 2001, cuando se descubrió por vez primera que el maíz nativo en México se había contaminado con maíz transgénico. Desde entonces la Red ha resistido el avance del maíz transgénico. Tanto el Grupo ETC como el CECCAM son miembros de la Red (http//:endefensadelmaiz.org)
[10]  La carta puede verse en línea: http://www.etcgroup.org/es/content/carta-de-la-red-en-defensa-del-maíz-contra-la-liberación-de-maíz-transgénico-en-méxico
[11] El anterior Secretario General del CDB, Ahmed Djoghlaf no respondió a la carta abierta. El director general de la FAO tampoco lo hizo, pero Shivaji Pandey, Director de la División de Producción y Protección Vegetal sí lo hizo. Pandey, un abogado conocido por su posición a favor de los cultivos genéticamente modificados, escribió que la FAO podría ofrecer asesoramiento, pero que la bioseguridad era una cuestión de México.

Comunicado de Prensa: Maíz y Transgénicos en México.

México D.F. a 13 de julio de 2012

  • Mientras el mundo carece de alimentos y sufre de contaminación por pesticidas, el foco de las corporaciones multinacionales como Monsanto es la ganancia, no la filantropía, señala el experto en agroecología Dr. Altieri.
  • Los transgénicos no son una “solución mágica”: a 20 años de uso han causado más daños que beneficios.
  • Monsanto falló en mejorar la agricultura: Reporte la Union of Concerned Scientists (UCS) de Estados Unidos.

El Doctor Miguel Altieri, profesor de la Universidad de California, Estados Unidos, quien ha impulsado la Agroecología en el mundo opinó que al contrario de lo que se afirmó sobre la biotecnología moderna aplicada a la agricultura en cuanto a que acabaría con el hambre del mundo, disminuiría el uso de insumos químicos, incrementaría la productividad y ayudaría a reducir los problemas ambientales; en los 20 años que se ha probado esta tecnología ha sucedido todo lo contrario.

El hambre en el planeta se ha incrementado y esto no sucede por falta de alimentos pues se ha reportado un desperdicio del 30% de comida en los hogares europeos. La mayoría de las innovaciones en biotecnología agrícola son motivadas por criterios económicos más que por necesidades humanas. Las compañías de biotecnología dan énfasis a un rango limitado de cultivos para los cuales hay mercados grandes y seguros, incluidos los agrocombustibles que lejos de alimentar a los hambrientos siguen moviendo autos, comentó el Dr. Altieri.

Hoy es evidente que la biotecnología, desarrollada para parchar los problemas causados por anteriores tecnologías basadas en uso de agroquímicos (resistencia a los pesticidas, contaminación, degradación del suelo, etc.) los cuales fueron promovidos por las mismas compañías, causa daños al medio ambiente, una mayor industrialización de la agricultura y una intrusión mas profunda de intereses privados en la investigación del sector público. Hasta ahora la dominación económica y política de las corporaciones multinacionales en la agenda de desarrollo agrícola ha tenido éxito a expensas de los intereses de los consumidores, campesinos, pequeñas fincas familiares, la vida silvestre y el medio ambiente.

Prueba de lo anterior son los datos proporcionados en un reciente informe realizado por la Union of Concerned Scientists (UCS), donde se demuestra que Monsanto falló en mejorar la agricultura[i], señaló el Dr. Antonio Serratos. Una vez más, identificamos una historia de advertencias ignoradas por las instancias gubernamentales que atienden la bioseguridad en los Estados Unidos. En el caso del maíz en México tenemos una situación semejante ya que desde 1995, la comunidad académica y científica ha venido alertando de las consecuencias e implicaciones de la introducción de maíz transgénico, agravadas porque en el país se encuentran, además de los centros de origen y domesticación, la mayor cantidad de colectas de maíz nativo en el mundo. Las autorizaciones recientes son evidencia de que las autoridades responsables privilegian los intereses económicos por encima del bien común y la defensa del patrimonio genético del país.

Si bien la propaganda de Monsanto plantea un discurso de logros impresionantes, que incluyen: alimentación de una población en crecimiento, protección de los recursos naturales y promoción de la biodiversidad, estas aseveraciones son en el mejor de los casos exageradas y en el peor, mentiras. De acuerdo con el informe de la UCS, las prácticas agrícolas promovidas por Monsanto no son sustentables e impiden la implementación de soluciones adecuadas para los retos de alimentación y agricultura que se requieren en momentos de crisis ambiental y ecológica. La tecnología transgénica ha producido los efectos siguientes:

  1. Promoción de Plagas Resistentes: El herbicida Roundup Ready y el insecticida transgénico Bt llevan a la generación de malezas e insectos resistentes que intensifican su uso, reducen la sustentabilidad, además de producir efectos negativos en la biodiversidad agrícola y la salud humana.
  2. Expansión de la Contaminación Genética: Los transgenes tienen la mala costumbre de aparecer en cultivos no transgénicos. Cuando esto ocurre, los agricultores pagan un alto costo y podrían enfrentar problemas legales por las patentes concedidas a las empresas por sus transgenes.
  3. Expansión del Monocultivo: La trayectoria tecnológica hegemónica seguida por Monsanto implica el uso de muy pocas variedades de cultivos con lo cual contribuye a disminuir la diversidad agrícola y además incrementa la contaminación por el uso de pesticidas y fertilizantes.
  4. Marginación de Alternativas: El énfasis de Monsanto en soluciones basadas en uso de transgénicos para solucionar problemas agrícolas margina soluciones agroecológicas como las que propone el Dr. Altieri y otros científicos. Asimismo, con cabildeo y propaganda, las empresas biotecnológicas, en general, han persuadido al Congreso, -se entiende que este informe es de Estados Unidos pero lo mismo ha sucedido en México- y al público en mantener el status quo de la agricultura industrializada.
  5. Supresión de Investigación: Al crear obstáculos para la investigación independiente de sus productos, Monsanto hace difícil que los agricultores y servidores públicos tomen decisiones informadas que puedan llevar a una agricultura sustentable.
  6. No cumplir la promesa de Alimentar al Mundo: Monsanto contribuye poco o nada en ayudar a que los pueblos del mundo puedan alimentarse, y ha fallado en apoyar soluciones científicas alternativas.

A su vez y contrario a la propaganda difundida por Monsanto, los productos de esta corporación no han ayudado en disminuir las plagas agrícolas, mantener la biodiversidad ni aumentar los rendimientos, mientras que su semilla “DroughtGuard”, promovida como solución a problemas de sequía, no es útil para condiciones de sequía extrema[ii] (ver otro reporte de la UCS:).

Finalmente la Dra. Elena Álvarez-Buylla indicó que con toda esta evidencia, más los datos documentados sobre daños a la salud producto del uso del herbicida (Faena o Roundup Ready, cuyo ingrediente activo es el glifosato), la introducción de transgénicos en nuestro país con el supuesto interés de hacer más sustentable la agricultura en México, queda sin fundamento técnico-científico .

Sobresalen los datos experimentales investigados en vertebrados (como lo somos los seres humanos) como ranas y pollos, y de estudios epidemiológicos en Argentina en áreas aledañas al cultivo de la soya transgénica. Los primeros demuestran el efecto teratogénico del glifosato usado con los cultivos tolerantes a este agrotóxico, y los segundos confirman este hallazgo con casos de malformaciones al nacer y con un aumento de casos de cáncer.[iii] Estas nuevas evidencias son preocupantes a la luz de los reportes de una universidad alemana que encontró concentraciones importantes de glifosato, en las muestras de orina de la gente de la ciudad. Los análisis de las muestras de orina arrojaron que todas tenían concentraciones de glifosato 5 a 20 veces mayores que el límite para el agua potable.[iv]

Por todo lo anterior, es sumamente preocupante que en medio del proceso electoral y del ciclo agrícola primavera-verano, y además, sin ningún anuncio por parte del gobierno, se aprobaron tres nuevos permisos para maíz transgénico en fase piloto a favor de Monsanto en el norte de Tamaulipas. Los tres eventos que se autorizaron cubrirán poco más de 1000 hectáreas y son tolerantes a aplicaciones de herbicidas de la Familia Faena®. Además de los graves daños a la salud que ya se expusieron, esta tecnología dará fin a un sistema ancestral de siembra que se realiza exitosamente en México: la milpa.

El gobierno de Calderón pretende dejar establecidos los transgénicos en fase comercial; esto es un atentado a nuestra alimentación y a los miles de campesinos que hoy siembran este cereal. Si este gobierno avanza en la liberación de permisos para maíz transgénico pasará a la historia como quien contaminó este grano en su centro de origen, regalándoselo a unas cuantas empresas, finalizó Alma Piñeyro.

——

[i]http://www.ucsusa.org/food_and_agriculture/science_and_impacts/impacts_genetic_engineering/monsanto-fails-at-improving.html
[ii] http://www.ucsusa.org/food_and_agriculture/science_and_impacts/science/high-and-dry.html
[iii] Andrés E. Carrasco, 2010. Glyphosate-Based Herbicides Produce Teratogenic Effects on Vertebrates by Impairing Retinoic Acid Signaling Chemical Research in Toxicology, 23 (10), pp 1586–1595 http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/tx1001749
[iv] Herbicides found in Human Urine by Dirk Brändli und Sandra Reinacher.http://www.ithaka-journal.net/herbizide-im-urin?lang=en

http://www.uccs.mx

La Jornada: Multinacionales ya pueden sembrar maíz transgénico en México.

+Autorizados, campos experimentales en el norte de México

+El último candado se quitó en diciembre; apremio de firmas extranjeras

+Quieren cultivar 2 millones de hectáreas, sobre todo en zonas de riego

+Defensores ambientales insisten en que peligran unas 70 razas nativas

+La Sagarpa retiró último candado a ese cultivo el pasado 31 de diciembre

+Gigantes de la biotecnología tienen al menos 17 proyectos

Este año se cumple un plazo esperado más de una década por las corporaciones trasnacionales de la biotecnología para que se abra la puerta de la comercialización de maíz transgénico en México.

Sin mucho bombo, el 31 de diciembre pasado la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) retiró el último candado que impedía la siembra de ese grano genéticamente modificado y autorizó los campos experimentales.

Primero serán 63 hectáreas en Sinaloa, autorizadas a la empresa Monsanto. Pronto seguirán otras en Chihuahua, Coahuila, Durango y Sonora. Cuando las licencias entren en vigor para las solicitudes en Tamaulipas, en fechas próximas, las extensiones superarán mil hectáreas. Es el paso previo a la siembra extensiva en poco más de 2 millones de hectáreas, principalmente en zonas de riego del norte de México. Es, como dicen promotores y críticos de los transgénicos, el último trámite que había que cubrir, y ya está hecho.

Algunos productores agroindustriales, funcionarios e investigadores presentan esta situación como la oportunidad para resolver el déficit de la producción del grano y solucionar, con los nuevos productos, el devastador efecto de las sequías. De hecho, la noticia con que la Sagarpa pone fin a todas las resistencias que hasta ahora habían protegido al maíz criollo viene acompañada por una “nota” de las empresas que promueven esos cultivos sobre “la urgencia de pasar a la fase comercial”.

Pero otros sectores –científicos, productores y defensores del medio ambiente– aseguran que los nuevos productos ni siquiera son resistentes a las sequías. Temen que al dar este paso se pondrá en riesgo la biodiversidad de este grano: ixim, como le llaman mayas y chontales; tlayóhli o tlaoli, como lo conocen los nahuas en distintas latitudes; bachi, de mayos y yaquis; kuxhe, de totonacos; dethá, de los otomíes; xuba, de los zapotecos; sunuko, de los rarámuris; ’ini, de los triquis; nnan, de los amuzgos; xuba, de los zapotecas, y tsiri, de los purépechas. En general, el maíz que se siembra en cada rincón del territorio mexicano.

Con ello, el país es la segunda nación (también China) que siendo centro de origen de un cultivo libera el transgen para la explotación extensiva. “A México le toca proteger el maíz. Es triste ver que es el único cereal que en su centro de origen no es protegido”, expresa Elena Álvarez Bullya, doctora en genética molecular y coordinadora del laboratorio de genética molecular del desarrollo y evolución de plantas del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

A punto de que las empresas empiecen con sus plantaciones experimentales, lo cual aumenta exponencialmente el riesgo de contaminación por polinización de cultivos nativos, la controversia sobre lo que se arriesga en el campo mexicano continúa abierta y tiene aún muchas preguntas sin respuestas.

Esta polémica empezó a mediados de los año 90, alcanzó las cimas de las principales revistas científicas del mundo, generó movimientos populares en las zonas rurales, motivó que cabilderos de las corporaciones movilizaran millones de dólares en relaciones públicas y propaganda e incluso enfrentó a las autoridades en una discusión que no siempre se ventila públicamente. En esta serie recogemos algunas de esas expresiones.

¿Mitos?

El director de Agrobio, Alejando Monteagudo Cuevas, quien representa en México a Monsanto y a otros cuatro gigantes de la biogenética (Bayer, Dow, Dupont-Pioneer y Syngenta, a las que también se aprobaron siembras experimentales), se congratula de que, tras un proceso “muy largo”, el marco legal para los transgénicos ha despejado “todos los mitos sobre los riesgos de la biotecnología”.

–¿Mitos?

–Todo eso que se decía sobre los efectos en la salud humana, en el ambiente y el debate sobre el riesgo para la diversidad biológica de las diversas razas nativas es una discusión zanjada.

Hoy, esas cinco trasnacionales tienen al menos 17 proyectos pilotos para sembrar maíz transgénico. Esos cultivos, según la Ley de Bioseguridad, son la antesala a la liberación definitiva. Pueden plantar en cualquier zona que no esté clasificada por las autoridades competentes –la Semarnat y la Sagarpa– como centro de origen. Según el mapa oficial, las extensiones susceptibles de albergar maíz genéticamente modificado cubren cerca de 2 millones de hectáreas en zonas de riego, principalmente en Tamaulipas (área lagunera) y Sinaloa.

Antes de despachar tras el escritorio de Agrobio y de hablar en nombre de las trasnacionales, Monteagudo –como tantos otros ejemplos de la “puerta giratoria” por la que salen operadores de la función pública para entrar a la iniciativa privada y viceversa– había trabajado en el área de negociaciones comerciales de la Secretaría de Economía, justamente durante el proceso de debate y aprobación del marco legal que rige la biotecnología.

–¿Aplica todavía el principio precautorio que contempla la Ley de Bioseguridad?

–Pero éste no consiste en suposiciones, creencias, melates. Hay una regla y, de acuerdo con ella, ya estamos en la etapa experimental. Es la fase encaminada a demostrar la equivalencia agronómica del maíz convencional y el genéticamente modificado.

Tecnología obsoleta

En el extremo opuesto se sitúan las opiniones de Elena Álvarez Bullya, bióloga del Instituto de Ecología y presidenta de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad: “Los transgénicos llevan 20 años en la agricultura del mundo. Globalmente, hoy existen más hambrientos que hace dos décadas. Se le quiere presentar como punta, pero ya es una tecnología obsoleta. Incluso Monsanto está enfrentando demandas de otro tipo en Estados Unidos, porque sus semillas transgénicas están resultando más costosas por la aparición de malezas resistentes al glifosfato. Es una técnica con efectos ambientales a largo plazo”.

En su opinión, existen otras alternativas más convenientes para impulsar la producción maicera: “Si se llegara a prescindir de los transgénicos, otras técnicas de nueva generación podrían incrementar la producción de maíz hasta cinco veces. Un programa de desarrollo de las ciencias agrícolas más modernas puede permitir que los productores aprovechen la riqueza genética que ha evolucionado y ha sido eficaz para enfrentar los retos ambientales. Incluso, puede ser crucial para el cambio climático”.

Sostiene que ello se puede lograr con la tecnología tradicional del campesino mexicano, que es muy profunda y milenaria. “La prueba es que el país es autosuficiente en maíz blanco, pese al abandono del campo. Si se integran estos saberes a una política comprometida con el interés público y la sustentabilidad, podemos hacer de México un granero.”

Angélica Enciso y Blanche Petrich

http://www.jornada.unam.mx/2012/02/13/politica/002n1pol

México: Denuncia contra la trasnacional Monsanto.

PUEBLA, Pue. (apro).- La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) presentó hoy una denuncia penal en contra de la trasnacional agrícola Monsanto por pretende apropiarse de la “patente” de 14 variedades de maíces nativos.

Al conmemorarse el Día del Maíz, el abogado de esta agrupación, René Sánchez Galindo, acompañado de agricultores, científicos y representantes populares, acudió ante la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) para presentar una denuncia por presuntos delitos contra el consumo y riquezas nacionales, tráfico de influencias y fraude.

“Monsanto está en Puebla registrando las razas genéticas originarias del maíz y, vía contrato, podría apropiarse de esta riqueza nacional y de los poblanos, por eso estamos pidiendo al Ministerio Público Federal que investigue si este temor que tenemos es verdad, porque eso ha hecho Monsanto en otros países”, explicó Sánchez Galindo.

En la denuncia se precisa que Monsanto participa en el Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos (PMMM), puesto en marcha en 2008 y que supuestamente tiene como propósito la conservación e investigación de maíz criollo, nativo u originario y la capacitación de campesinos como “custodios” de esas variedades.

En este proyecto, que recibe financiamiento de Monsanto, una trasnacional en biotecnología, también participan Financiera Rural, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, y el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Centro Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinestav-IPN).

Además, el gobierno de Puebla y el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimenticia de la Cámara de Diputados.

Aunque Sánchez Galindo reconoció que este proyecto aparentemente es un apoyo para grupos de campesinos, en el fondo puede ser riesgoso para la soberanía alimentaria de México, más si se toma en cuenta que Monsanto es una de las empresas que ya tiene permisos para la siembra de maíces transgénicos en algunas zonas del país.

Según la denuncia, en su página de Internet, el PMMM asume como su misión “recolectar, caracterizar y clasificar, en sus centros de origen, el material genético de las razas y criollos de los maíces nativos mexicanos para preservarlos en bancos de germoplasma in situ y ex situ con procesos de investigación y desarrollo, así como de uso y renovación continua, orientados al descubrimiento de las potencialidades alimenticias, bioquímicas e industriales de estos maíces, transformados en productos, empresas y estrategias de comercialización en beneficio directo de los productores campesinos e indígenas que los han resguardado”.

Sánchez Galindo mencionó que, a partir de ello, especialistas en temas agrícolas han advertido, en distintos foros nacionales, que una vez que se adquieran los derechos de “obtentor” de la “huella genética” de este maíz criollo, nativo u originario a nombre de los custodios, la información se transformará en productos, empresas y estrategias de comercialización.

“En otras palabras, vía convenios y/o contratos de comercialización, investigación, desarrollo de potencialidades alimenticias, bioquímicas e industriales, la empresa Monsanto podría comercializar la información genética que debería, conforme al artículo 9, fracción I de la Ley de Biodiversidad ‘ser protegidas, utilizadas, potenciadas y aprovechadas sustentablemente’”, se advierte en la demanda.

El abogado apuntó que recientemente fueron advertidos por especialistas de que ya tienen detectadas entre 12 y 14 razas de maíz, las cuales se pretende registrar o “patentar” a nombre de campesinos o “custodios”, pero esto podría derivar en que la empresa transnacional se apropie de los derechos de comercialización de esas variedades.

Agregó que por ello están pidiendo al MP federal que requiera a los directivos o apoderados legales del PMMM y de Monsanto y que éstos presenten los convenios o contratos que se han celebrado con los custodios campesinos de Puebla.

El abogado de la UCCS apuntó que esto podría equipararse a los contratos de servicios múltiples (SSM) que usaron las transnacionales para apoderarse del procesamiento del petróleo, por lo que esperan que esta denuncia sirva para frenar cualquier posibilidad de que Monsanto pueda apropiarse del ADN de estas variedades de maíz mexicano, que es además el principal alimento de los mexicanos.

Ya antes el investigador del Instituto de Ciencias de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Miguel Ángel Damián Huato, denunció que con este proyecto Monsanto podría llegar a controlar la variabilidad de maíces criollos que existe en Puebla y en México.

Explicó que al crear un banco de germoplasma, como se pretende con el PMMM, se concentrarán las mejores características de los granos criollos mexicanos que, al patentarlos, la trasnacional podría adaptarlos a las semillas transgénicas y ponerlas a la venta en todo el mundo.

http://www.proceso.com.mx/?p=282816

DENUNCIA POPULAR ANTE LA PROFEPA EN CONTRA DE LOS PERMISOS A LA SIEMBRA DE MAÍZ TRANSGÉNICO EN MÉXICO

DENUNCIA POPULAR ANTE LA PROFEPA EN CONTRA DE LOS PERMISOS A LA SIEMBRA DE MAÍZ TRANSGÉNICO EN MÉXICO

El gobierno federal pone el centro mundial de origen y diversidad del maíz en una situación de contingencia ambiental y peligro inminente

Un colectivo de científicos y organizaciones civiles presentaron esta mañana una Denuncia Popular ante la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) contra los permisos de siembra experimental de maíz transgénico, basados en los dictámenes de bioseguridad vinculantes emitidos por la Semarnat y los permisos autorizados por la Secretaría de Salud, firmada por Grupo de Estudios Ambientales, Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, Greenpeace México, Centro de Investigación y Capacitación Rural, Semillas de Vida, Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, El Poder del Consumidor, así como Elena Álvarez-Buylla, Eckart Boege, Antonio Turrent, Álvaro Salgado, Elena Lazos, Alejandro Nadal, Carlos Ávila Bello, Rodrigo Gutiérrez, Cristina Barros, Marco Buenrostro y Mayra Carrillo. Se trata de un proceso abierto en el que otras organizaciones y personas ya han manifestado su interés por sumarse o presentar la denuncia directamente a la Profepa.

Con las regulaciones en bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) impuestas por el gobierno mexicano y los 24 permisos recién autorizados para que las corporaciones Monsanto, Dow Agroscience y Phi México inicien la siembra experimental de maíz transgénico en Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Tamaulipas, México como centro de origen y diversificación continua del maíz se encuentra en una situación de total vulnerabilidad para proteger tan importante planta en la vida del pueblo mexicano y para la alimentación mundial.

La lucha por un verdadero régimen de protección para el maíz que prohíba la siembra de maíz transgénico y su entrada al país, se ha dado desde diversos espacios y ámbitos. Centenares de comunidades, organizaciones campesinas e indígenas, sociales y civiles, científicos independientes y cientos de miles de ciudadanos han manifestado de múltiples maneras su rechazo al maíz transgénico, a lo largo de la última década.

“Como parte de este proceso y con fundamento en los Artículos 8 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 189 y siguientes de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente; 118, 119 y 134 del Reglamento Interior de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, entre otros, hoy presentamos la Denuncia Popular en contra de los actos de las autoridades que señalamos como responsables: las secretarías de Agricultura, de Medio Ambiente y de Salud han cometido actos violatorios de la normatividad en materia ambiental, de bioseguridad y de vida silvestre, entre otros, afectando cuestiones de orden público e interés social”, explican los denunciantes en el texto entregado a la Profepa.

“Aportamos las pruebas científicas que evidencian la situación de riesgo o amenaza de contingencia ambiental que implica la siembra de maíz transgénico en México, poniendo en peligro inminente la integridad de varios ecosistemas y agroecosistemas y su biodiversidad, en particular de las razas y variedades de maíz y sus parientes silvestres. Las autoridades están propiciando daños ambientales irreversibles, violan el Principio de Precaución contenido en diversos tratados internacionales firmados por el gobierno mexicano, así como varios derechos y garantías individuales y colectivos del pueblo de México y, en particular, de los pueblos campesinos e indígenas y agricultores”, dijo Alma Piñeyro del Instituto de Ecología de la UNAM y de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS).

También denunciaron la simulación de “bioseguridad” que intentan impulsar a través de las zonas restringidas para la siembra de maíz transgénico previstas en la Ley de Bioseguirdad (Zonas Libres de Transgénicos, Centros de Origen, Centros de Diversidad y Áreas Naturales Protegidas). Y demandan la creación de un Régimen de Protección Especial para el Maíz que determine al territorio nacional c omo centro de origen y diversificación continua con el fin de ser protegido integralmente, como unidad territorial donde existen infinidad de registros y procesos vivos de creación y diversificación continua del maíz, así como de flujos tradicionales de semillas. Un verdadero régimen de protección debe establecerse en base al Principio de Precaución, a la obligación de un sistema sui generis de bioseguridad para el maíz como cultivo originario y tomando en cuenta las Recomendaciones emitidas por la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte en 2004.

“La Denuncia refleja el largo proceso de análisis de las políticas, las leyes y los reglamentos y las luchas legales que varios hemos emprendido; incluye la defensa de los derechos individuales, colectivos y del territorio, y se sustenta en numerosos estudios científicos independientes. Revela las múltiples trampas establecidas en el propio sistema “legal” impuesto al pueblo de México, para satisfacer los requerimientos de unas cuantas corporaciones transnacionales, pues todos los permisos de siembra otorgados y las nuevas solicitudes que siguen llegando al Senasica, son de maíces patentados por las mismas, principalmente por Monsanto”, afirmó Catherine Marielle del Grupo de Estudios Ambientales (GEA AC).

“No debemos subordinar al interés comercial de unas cuantas corporaciones trasnacionales la legislación, los posibles riesgos a la salud de las personas, a la contaminación de uno de los acervos de germoplasma más ricos del mundo, de los ecosistemas y agrosistemas mexicanos. Con cara a las necesidades de alimentación del pueblo de México y ante la necesidad de aumentar la productividad en condiciones ambientales adversas que impone el cambio climático el país, se puede aumentar sustancialmente su producción con sus propios recursos genéticos sin la necesidad de recurrir a los monopolios comerciales de las transnacionales”, señaló el Dr. Eckart Boege, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

“El consumo nacional actual de maíz es de 32 millones de toneladas anuales, de las que 10 millones se importan del mercado internacional, el cual contiene más de 50% de grano transgénico. No es necesario recurrir a la tecnología de maíz transgénico y a la importación de grano para corregir este déficit. Hay evidencias de que el campo mexicano tiene la capacidad potencial de producir más de 57 millones de toneladas anuales de maíz con tecnologías no transgénicas, si se aprovecha racionalmente sus recursos, entre los que se cuenta a la mega diversidad en maíz, la mega diversidad en fauna insectil benéfica, la notable disponibilidad de agua dulce y ciclo agrícola de invierno, ambos inexplotados en ocho estados del Sur-Sureste del país, y la significante reserva de tierras de labor, ampliamente subexplotada en el sistema de ganadería extensiva”, destacó el Dr. Antonio Turrent, miembro de la UCCS.

“Esta denuncia ambiental es fruto de una construcción colectiva y plural, entre científicos, organizaciones y expertos en leyes. Reúne una información valiosa para seguir impulsando acciones de defensa legal y profundizar en la reflexión. Invitamos a todos los interesados a conocerla y apoyarla, con el fin de lograr que las autoridades retrocedan en su afán de priviliegiar a los intereses corporativos y reinstalen la moratoria a las siembras a campo abierto de maíz transgénico en el territorio nacional, así como a la entrada de maíz transgénico en grano o en semillas híbridas contaminadas. La Profepa está obligada a responder si acepta el estudio de la Denuncia dentro de los próximos 10 días”, concluyó C. Marielle.

Nota: La Denuncia Popular puede consultarse y firmarse en: www.gea-ac.org

Si decides adherirte, por favor envíanos un correo a: geasas@laneta.apc.org con el mensaje:“Apoyo la Denucia Ambiental”

En el cuerpo del texto escribe tu nombre completo y nosotros te incluiremos.

Para mayor información comunicarse con:

Dra. Elena Álvarez-Buylla: Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Ecología de la UNAM y Coordinación de la UCCS – Tel. 56 22 90 13.
Catherine Marielle: Programa Sistemas Alimentarios Sustentables de GEA AC:
geasas@laneta.apc.org – Tels. 56 19 28 92 y 56 17 90 27


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